La verdad es que el cartel lo hicimos antes de las vacaciones de Semana Santa, pero...
Delfi trajo unos trozos de madera machi-hembrada que tenía por casa y Tana nos dio un poco de esmalte azul.
Con todo esto empezamos. Como el esmalte era sintético, pintamos en el patio para evitar respirar porquerías. De todos modos algunos se protegieron con mascarillas y guantes como podéis ver en la foto.
Y la mar de contentos nos fuimos al huerto a colocarlo, pero, cuando decidimos el sitio y empezamos a cavar para clavar las patas, nos dimos cuenta de que... no iba a ser tan facil. Así que nos volvimos a clase sin poder decir aquello de "misión cumplida".
Tras las vacaciones lo volvemos a intentar hoy y, mira tú por donde, encontramos el sitio adecuado: el poste de telefónica que tenemos en un lado del huerto.
Así que lo hemos clavado y esta vez si que hemos vuelto contentos y con la sensación de haber conseguido, por fin, ¡poner el cartel del huerto!
y se ve así de chulo