Después de traer las piedras hicimos en el cuaderno de mates un boceto de la rosa de los vientos.
Para ello usamos: lápiz, goma y compás.
Ya en el huerto usamos una piedra para marcar las lineas y un palo atado a una cuerda que usamos de compás.
Una vez trazadas las lineas comenzamos a poner las piedras y faltaban, así que fuimos a por más (piedras) pero antes las contamos, ¿para qué? pues para calcular cuantas piedras tenía que traer cada un@. Al final quedamos en que cada un@ traía 30 piedras (uf) y nos llevamos las mochilas para llenarlas de PIEDRAS (aaaaah!) en marcha. Una vez en el río nos pusimos manos a la obra, algun@s cogimos 40 hasta 50 piedras, nos sentíamos orgullos@s de nosotr@s pero... después descubrimos por qué no teníamos que coger tantas piedras (uf, pesaban). Tuvimos que hacer muuuuuchas pausas.
Una vez en el huerto terminamos de hacer la rosa de los vientos. Tras mucho esfuerzo la terminamos decorándola con flores y nos quedó preciosa.
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