Esto que voy a contar ocurrió en septiembre pero como entonces no teníamos blog pues lo cuento ahora.
Al volver de vacaciones de verano nos encontramos con que en el huerto escolar aún quedaban: tomates, pimientos, calabazas, calabacines, un par de sandías,etc. Así que decidimos empezar con nuestros talleres de cocina, algo que hemos seguido haciendo mensualmente a lo largo de todo el curso.
Los primeros talleres los hicimos junt@s mayores y pequeñ@s, pero la verdad es que fue un follón, éramos demasiados y todos queríamos meter las manos, así que decidimos continuar por separado y ahora lo hacemos así: cuando cocinan l@ peques nos invitan a merendar con ell@s y cuando cocinamos nosotr@ les invitamos a ell@s.
Con los ingredientes de que disponíamos hicimos ¡¡GAZPACHO!!
Lavamos todo muy bien lavadito.
Lo troceamos.
Los que pudieron lo hicieron solos.
Y otros con un poquito de ayuda de la seño.
Luego lo batimos un montón hasta que estuvo bien suavecito y ....¡nos lo comimos!
A algunos no les gustó nada, pero otros repetimos varias veces y nos relamimos bien los bigotes.
EL MOSTO
A finales de septiembre vendimiamos, porque en el borde de nuestro huerto hay unas parras antiguas que podamos cada año y nos dan uvas. Las uvas son pequeñitas pues no es una clase pensada para comer (aunque se pueden comer y están bien ricas), pero en realidad son de hacer vino, así que nosotros decidimos hacer mosto, porque ya lo habíamos hecho otro año y nos gustó mucho.
Luego pesamos 1 kg de uvas,
las batimos,
las colamos
y conseguimos ¡700 ml de mosto!
Luego hicimos lo mismo con todas las demás y nos pusimos como "El Kiko".
Estaba dulcecito y muy rico.
Alguna aprovechó para zamparse las sandías mientras esperaba.
Otros intentaron colarse pero no cabían por los agujeritos.
Per de lo que no libró nadie fue de fregar los cacharros porque esa es una parte muy importante e inevitable de todos los talleres de cocina.
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